20.11.05

yo contra el resto del mundo

"Cuando yo era un serio estudiante de Londres pensé que podría conseguirme algunos
datos interesantes conversando con interesantes etnógrafos antes de mi viaje a Africa
Central. Primero busqué el consejo de Westermarck. Todo lo que conseguí de él fue "no converse con un informante por más de veinte minutos porque si usted no está aburrido
después de ese tiempo, seguramente el entrevistado sí". Muy buen consejo, aunque un
poco
inadecuado. Busqué instrucciones con Haddon, uno de los mejores en el trabajo de
campo
Me dijo que todo era bastante simple:
uno debía comportarse siempre como un caballero (...) Mi maestro Seligman me dijo que

tomara diez granos de quinina cada noche y me mantuviera alejado de las mujeres. El
famoso egiptólogo, Sir Flinders Petri
sólo me dijo que no me preocupara si tomaba agua sucia
pues uno se hacía rápidamente inmune.

Por último, le pregunté a Malinowski
y sólo me dijo que no fuera tonto".


E.E. Evans-Pritchard

3 comentarios:

Pájaro Verde dijo...

Y a mí Juan Carlos Skewes me dijo "Hola"... Yanko González no me dijo nada, Y Alfredo Pradenas me dijo: "Su gorro me parece horrible".


Maldito Loro Tricahue

Anónimo dijo...

ni el mismo freud lo hubiese dicho mejor porque donde se encuentra el verdadero problema o la importancia de algo no es en la punta del iceberg, sino en la base de este.

Max Rotten Power (a.k.a. Lone Rocker) dijo...

¿es que no es claro que la importancia de un problema está en su base y no en su superficie?
No creo que fuera necesario citar a Freud para darse cuenta de eso.