4.2.06

cuento sin nombre III

Era un día soleado cuando te vi por primera vez, a pesar de que no me gusta mucho el sol, ni los días así de brillantes, el descubrirte entre la multitud valió la pena haber salido de la casa, de mi exilio voluntario, de mi hibernación estival. Por un momento pude olvidar el intenso calor, fue como si una ola de fresco viento refrescante viniera desde ti, trayéndome una miríada de aromas que me recordaban aquellos bosques australes que dejé un día. Estuve un buen rato esperando que giraras la cabeza y te fijaras en mí, pero luego de un rato ya me di por vencido, resignado a que la maravillosa visión no sería más que eso, un atisbo de lo que podría ser el cielo. Mi obstinada timidez me impedía acercarme, cómo quisiera cambiarlo, pero no he podido hacerlo en muchos años, y no creo que pueda ahora.
Ya decidido a alejarme para no seguir torturándome por no poder alcanzarte, me fui de ahí, ya se hacía insoportable el gentío y el calor, como siempre habían sido para mí. Entonces sucedió: de repente sentí que me tocaban el hombro por detrás, no sentí los pasos acelerados que se acercaban. Me alcanzaron, y cuando me di vuelta vi algo que nunca sospeché: ahí estabas tú, sonriéndome, y sin dejar de sonreir me hablaste con un cautivante acento británico.
-Hi.
-Hi -te respondí tratando de controlarme-, how are you?
-I'm fine, thanks. I knew you were watching me a while ago.
-Yeah -traté de responderte, aún con una voz temblorosa-, I couldn't help it. I just stood there gazing at you.
En estos momentos agradecía el tener esta suerte de habilidad natural para haber aprendido inglés.
-I'm Max -te dije, sin saber bien para qué, supongo que para poder continuar con una especie de conversación y que no te alejaras.
-Hi, Max. I'm Eleanor.
-Like Eleanor Rigby.
Supongo que ya nada más era necesario, todas las palabras que seguían eran sólo para conocernos más, y ver cada vez más cómo nos complementábamos, en una forma como no la había experimentado antes. Desde aquel entonces te has convertido en una parte de mí, algo necesario para existir, sobre todo porque me has hecho olvidar la soledad eterna en que vivía, viendo a toda la gente solitaria como yo ir y venir, preguntándome de dónde venían, y si alguna vez yo podría dejar de ser uno de ellos, difícil cosa, pensaba a menudo, casi imposible. Incluso rodeándome de gente que podía llamar amiga, el sentimiento de soledad persistía.
Por eso es que tu llegada fue tan importante y trascendental, sólo que nunca imaginé que esto fuera a durar para toda la eternidad, que tú fueras la parca destinada a cortar mis hilos. Hermosa parca que viniste a acabar con la inagotable angustia provocada por esa sensación de no pertencer a ninguna parte, de sentirme siempre un extraño. Ahora en tu compañía podré disfrutar de una agradable eternidad bajo un cielo gris.

3 comentarios:

Pájaro Verde dijo...

Recién conversaba con un miembro del equipo campeón... y llegamos a la conclusión que no existe el amor verdadero, sino simplemente el amor, ahora... el falso simplemente no lo es!

Y al parecer este personaje (ficticio o no?) lo ha encontrado.

=)
Buen cuento Max!

Anónimo dijo...

Saludos a los personajes que mantienen vivo este blog. Debo decirles que encuentro bastante interesante lo que escriben, para una voyeurista como yo es genial encontrarse con algo como esto...:)
Quizás se pregunten como me entere de esta pag. (lo mas probable es que no, cierto? ;] pero igual se los comento!)Un dia estaba usando un laptop en el edificio de 'nuestra' facultad y vi la pag. en el directorio. Entonces, como buena mirona que soy no pude resistirme a visitar el sitio y anote la direccion y hasta hoy sigo leyendo, mirando e imaginando quienes serán estos singulares personajes.

Cuidado con La Mirona!!

Anónimo dijo...

Ah, acerca del cuento...si, me gusto. ultimamente he leido mucho sobre personajes solitarios con los que facilmente me identifico. A veces me pregunto si todas las personas se sentiran asi, al menos una vez en la vida, incluso aquellos que se los ve de lo mejor saltando en una pata...

que onda? maldición, quieren hacerme llorar? ...no lo lograran!