2.2.06

Viviendo en Santiago

No es chiste. Pasé un mes entero en la urbe llena de smog y caca. Pero no todo es asco, hay cosas que hacer… Vi a mis amigos, visité una incipiente feria del libro en el forestal, fui al festival de verano de Nuñoa donde curiosamente era todo gratis, me reencontré con mi amada Plaza Ñuñoa y encontré un pasto para echarme…

Pero mi idea era comentar la exposición del Palacio de la Moneda: El martes ese lugar recibió a dos estudiantes de antropología interesados en ver la muestra de México precolombino. Nada que decir, era bellísima, impresionante… sólo que la señalización dejaba bastante que desear… También vimos una extraña muestra parecida al concepto de arte de Breno Onetto (si es que tiene alguno), la nada o nada??? Nuestros ojos primitivos no la entendieron… o quizás fue efecto del calor sofocante que afectaba a Santiago ese día que nos hizo estar más lentos de cabeza… Escuchábamos unos ruidos de unos pequeños parlantes puestos en la pared y no se nos ocurría de dónde venían, hasta que vimos un reproductor de CD del otro lado… Me quedé con gusto a poco, es cierto, porque al otro día volví con mi hermana a ver todo de nuevo, pero esta vez pude ser más crítica: Al estar allá me hicieron una encuesta donde me preguntaban qué le hacía falta al museo: GUÍAS ANTROPÓLOGOS!!! Es cierto casi lo grito, pero necesitaba decirlo… No toda la gente leía los letreros de cada escultura, a algunos simplemente les daba lata y otros no alcanzaban a leer por la poca luz… Además, habían algunos que sacaban fotos con flash (se supone que estaba prohibido) que dañaban las esculturas, o simplemente que podían ser comercializadas ilegalmente… ¡Como se nota que no sabían de qué se trataba! ¡Como se nota que no tenían idea del valor cultural que tenían en frente! Sí hacían falta guías...

Y luego fuimos a ver ese extraño arte para ver si le encontrábamos algún sentido. Recuerdo unos sacos apiñados en el suelo con una televisión pequeña entremedio que mostraba una vagina. Una pequeña le preguntaba a su padre qué era eso… “Mmmm… eso?... es una vagina, cierto?” dijo el señor con los ojos abiertos de par en par y mirándome como preguntando… ¡Pregúntele a su esposa!, pero sólo atiné a asentirle con la cabeza.

¿Me desvié? Bueno, la idea se cumplió, quería comentar una, es decir, dos visitas al museo, aunque el escrito original se entendía un poco más, pero el computador se apagó antes de guardarlo!!! Así que aquí va el premio de consuelo.



Maldito Loro Trichaue

No hay comentarios.: